jueves, 4 de abril de 2013

EL CUENTO DE LOS APUROS DE LA ABEJITA



EL CUENTO DE LOS APUROS DE LA ABEJITA
Por Carlos Francisco Changmarín


Con su jaba de oro
desesperada
venía la abejita
esa mañana,
de flor en flor
y  nada.

¿Hay miel?
No hay miel, dijo la rosa colorada.
¿Hay miel?
No hay miel, dijo el clavel, aun sin mirarla.
¿Hay miel?
No hay miel, dijo el jazmín desde su rama.
¿Hay miel?
No hay miel,
señora abeja,
dijo la belladama;
porque no hay agua…
No hay miel…
No hay nada…


Entonces se fue la abeja
a la casa del agua,
y le contó a la lluvia
lo que le pasaba:
No hay miel,
no hay agua,
¿por qué tú no llueves;
qué te pasa?

¿No hay miel?
¿No hay agua?
-No es cosa mía,
mi amada-
dijo la lluvia triste,
la lluvia clara.

Son cosas de la nube
que no hace nada
y se la pasa diciendo
que ella es muy blanca.

Y se fue la abeja
arriba con su jaba,
y  halló en su palacio
a la nube blanca.
No hay miel,
no hay nada,
nubecita linda,
nubecita blanca-
-¿No hay miel, no hay nada?
No es asunto mío,
yo estoy en mi casa,
espera que te espera
y el viento no pasa,
porque está borracho
y no hace nada.

Subió entonces la abeja
por la azul escala
a la gruta del viento,
y el viento, allí estaba,
con todas las brisas
peinando sus barbas.
¿No hay miel,
no hay nada,
señor viento,
qué pasa?
Lo dijo la rosa,
y la nube y el agua-

Ja, ja,!
¿No hay nada?
No es por culpa mía
abeja del alma.
¿No ves estas manos?
¿No ves estas barbas?
Son cosas del sol
que ni sale, ni habla,
pues está con la luna,
no sé  en qué  parranda.

Y se puso la abeja
de hielo una capa,
y subiendo y subiendo
llegó a la llamarada
Señor sol, arrebol,
que no hay miel
y no hay nada.
Lo dicen las nubes
Y el viejo de las barbas.

Ja, ja!...
¿No hay nada?
No es la culpa mía,
mi abejita brava,
dijo el sol
con su lengua de llamas.
Abajo están peleando,
los hombres se matan,
a los más pobrecitos
la sangre les sacan.
¿Para qué quieren miel?
¿Para qué quieren agua?

Anda y diles, abeja,
con tus manos de malva
que dividan la miel,
que repartan el agua.
Llévate allí mi lluvia
en tu pequeña jaba…
Y trajo la abejita
en sus verdes alas,
la buena noticia,
dijo la cigarra.
Y cayó una lluvia
de goteras blandas.

Y como todos
los días
por la mañana
con su jaba de oro
vino la abeja amada:

¿Hay miel?
Si hay miel…
dijo la rosa colorada,
y el jazmín,
y el clavel
y los pájaros del alba
y los toros de carmín.
y la gente liberada,
dividieron la miel
y repartieron el agua