jueves, 15 de febrero de 2018

Un Ruiseñor en mi casa



Cada día de mañanita,
antes de salir el sol
en la punta de un farol
hay una voz que palpita.
De pronto se hace clarita
sobre la brisa que pasa,
la canción que se desplaza
de un pájaro que no veo,
y repite su gorjeo
un ruiseñor en mi casa.


Pájaro despertador,
como sol en mi ventana,
cumple su misión temprana
con ahinco y con honor.
Cristalino ruiseñor
que silba su melodía
con la profunda maestría
de un maestro violinista,
este consumado artista
que abre la puerta del día.

Pájaro de blanca pata,
y de pintado plumaje
tiene su claro cordaje
un timbre de fina plata.
Cuando su canto desata
cada nuevo amanecer
se ve las luces crecer
como una sinfonía,
y se desparrama el día
sobre su verde taller.

Pájaro de sol y mañana
que marcan cada segundo,
reloj de grito profundo
amarrado a mi ventana.
Yo tengo en el panorama
de la vida un ruiseñor
que con su canto de amor, 
me despierta cada día, 
cuando el alba todavía
no ha abierto su resplandor.

Libro Cantaderas, 1995