Para
cantarla en Mesano
Agua
que la vida das
y
también la vida quitas.
Agua
que te precipitas
al
precipicio, fugaz.
Agua
que en tu rumbo vas
a
morir al mar salado,
o en
el cielo evaporado
y
contaminada, en fin…
o
perdida en el confín
del
desierto fulminado
Agua
que mana del cielo
y
también de las honduras,
Agua
mineral y pura
Y que
reverdece el suelo.
Agua,
salud y consuelo
para
el pobre en su pobreza.
Agua
de amarga tristeza
cuando
deja de llover
y la
sequía viene a ser
la muerte de la belleza.
Agua
dulce y agua clara
como
espejo reluciente.
Agua
tomada en su fuente
para
venderla más cara.
Y
agua que se acapara
tan
sólo para un puñado
de
ricos y potentados,
para
el bien de sus potreros,
mientras
que campos enteros
ya la
sed los ha matado.
Agua,
tesoro inmortal.
¡Ay!
Si faltaras mañana…
Ya la
quebrada no mana
por
el desmonte infernal.
Agua
que mueve el Canal…
Sin
ti, no canto este verso,
y por
eso te converso
y al
pensarlo esto me aterra,
pues
si te vas de mi tierra
se acabará
el universo.