domingo, 14 de noviembre de 2021

Estaciones para alcanzar al héroe

 

Panamá América
Publicado: 09/12/2012 - 01:14 am
PERSONAJE. CARLOS FRANCISCO CHANGMARÍN, LOS POETAS TAMBIÉN VAN AL CIELO.


Carlos Fong


Junto a una ronda estelar, circulada, entre otros, por Quibián, Urracá, Bayano, Felipillo, Victoriano Lorenzo, Ascanio Arosemena, Floyd Britton y Polidoro Pinzón se ha sentado, rodeado por una corona celestial, Carlos Francisco Changmarín. Pueden imaginárselo, sosteniendo, no un arpa, sino una mejorana mientras cuenta un cuento que empieza diciendo: “Mes de diciembre… blancas nubes, cielo azul claro. Al fondo el sol encendido, sumergiéndose en lejanas y ondulantes colinas…”. Los poetas también van al cielo. Dios existe y una prueba es que existe la poesía. El lenguaje de los poetas es lo más cercano a la divinidad. Para Dios no importa si el poeta es comunista, medirá sus acciones como se mide un soneto.

Carlos Francisco Changmarín fue un revolucionario, un guerrero, un Aquiles. Como un palestino o un chechenio defendió su país. Conoció el exilio, la cárcel y el dolor que emerge de la patria. Perteneció a esa estirpe de seres cuya imaginación se puebla de ideales, como escribió José Ingenieros. Su raza es la de los hombres cuya irreverencia es impulsada por la belleza y la imaginación. Su especie fue la de los seres que construyen en solidaridad, cooperación y unidad. Por eso se identificó siempre con el hombre que surcó la tierra y operó el pico y la pala. Fue un artesano de la palabra y la fabulación.

El verdadero poeta huye de la mediocridad y va en contra de toda forma de opresión. “Chico” Changmarín fue un rebelde y sus armas fueron la belleza y la palabra. Sabía que con la cultura el hombre encuentra su redención y se aleja de la mediocridad. Fue un creyente. Tenía fe en el hombre, aunque los caminos seculares parecían muchas veces su perdición, él creía en el ser humano. Si la resurrección le permitió al hombre ascender junto al padre, para hallar una solución unitiva, que solo el mundo espiritual entiende, para Francisco Chagmarín esa solución en la Tierra estaba en la unidad entre los brazos del pueblo. La unidad como forma de redención. Los héroes, para “Chico”, estaban en la vida cotidiana del mundo rural y también urbano.

Carlos Francisco Changmarín edificó el mito del héroe. La construcción del héroe popular aparece en el imaginario de identidad en toda la obra de Changmarín. La pureza esencial del héroe aparece como imagen poética. Basta con mencionar su novela “El Guerrillero transparente”. La imagen de El Cholo es un símbolo identitario que se propone el rescate del héroe mítico. Hoy día la nación se nutre de héroes invisibles, casi transparentes, cuyo fúsil es la palabra, son las manos que tejen, que construyen y son las mentes que proponen e imaginan. Pero esos héroes son oscurecidos por la mediocridad y el tedio; son silenciados por la ignorancia que no escucha el rigor y el furor de la memoria y la historia. Pero el héroe suele levantarse de las cenizas del olvido y como una joven persa se sacrifica por su patria.

La muerte de Changmarín, al igual que la muerte de Raúl Leis, Herasto Reyes, Umberto Ricord, Ricardo Segura, Elsie Alvarado de Ricord, entre muchos más, es la muerte del héroe que hace docencia. No se siembra una bandera pensando que nacerá un árbol, pero en el imaginario infantil nace ese árbol.