martes, 19 de octubre de 2021

La Avispa

 

La avispa

Cárcel de Chitré, lunes 29 septiembre de 1969, 9.30 p.m.

 



A mi celda

llegó una avispa

pequeña como un verso,

con su traje amarillo

de rayitas doradas.

 

Tal vez, alguien le dijo

que los domingos me traían las flores,

y anduvo por allí

entre las rosas.

 

Yo la amé

y se quedó mirando.

escribió no sé qué amenaza

con su vuelo

y se fue

como tantas otras cosas

que me dejan.

 

Pero volvió otro día.

Estaba yo,

pero no habían las flores.

Vino a rondar

y a preguntarse cosas

de mi presidio,

y mis ideas marxistas,

del humanismo proletario,

y del socialismo.

de la vida y de la muerte,

y de las flores,

y de su congo y su miel

y los barrotes...

y la razón de esa pena,

una entrevista en fin…

 

De mis chércheres

saqué un poco de miel,

la unté en la palma de mi mano izquierda,

y así posó la avispa

varias veces.

Alzaba el vuelo

y se perdía

para volver de nuevo

el mismo punto.

 

Al fin,

la avispa

de la mano

saltó de júbilo

a mi boca,

me dio con su aguijón

un beso ardiente

y me dijo: -“gracias,

camarada”…

viernes, 15 de octubre de 2021

SENTIMIENTO DEL CHE

 


Sentimiento del Che

(En la voz de Changmarín ... Audio, tomado de PALABRA VIRTUAL -portal mexicano realizado por Blanca Orozco de Mateos.)

 

Dicen que por mi pueblo pasó

hacia Guatemala un día ...

y en su muerte 

hubo gente de luto,

en la calle donde el Che se detuvo a preguntar 

el rumbo de su marcha.

 

Es el memorial de la leyenda,

pues para el pueblo, 

al igual que Victoriano Lorenzo, 

no está muerto

y su corazón anda en la mano

de cada pobre del mundo,

en su bandera.

 

Y bien hacen al pintar a Che Guevara

En los muros del Alba,

(en el curvo cielo de América

ennegrecido de dólares)

con carbón o tierra

o sangre de otros mártires.

 

Nunca podrá borrar el enemigo

la mano mundial

de Che Guevara en el gatillo,

hasta la última gota de su sangre,

y el escupitajo al rostro de la CIA,

aún con la muerte encima;

inevitablemente encima

y rodeado de hienas y bandidos.

 

Su gesto tiene el perfil

del Aconcagua,

y de ciertos Amazonas

su manantial de sangre.

 

Lo inmortal es su palabra

hasta lo último afirmada

como un toro de iracundia

invariable y sin pánico.

 

Cumplió en su muerte

lo que dijo en vida

tenía la frente limpia y de rocío,

tenía la barba vegetal y pura.

No lo amarró la vida ni la muerte.

 

Y fue así, según la historia

y todo sigue sin el Che

y con el Che, hacia adelante.

 

Cuentan que por mi pueblo

pasó hacia Guatemala, un día,

y yo debo decir

ahora que traspasó la muerte,

sin embargo,

que lo quisiera vivo,

hoy con Fidel

cortando caña

en su patria de Martí,

igual que Lenin,

arando el surco socialista

allí, ¡a noventa millas del imperio!

 

Yo lo quisiera vivo

dándome la mano

precisamente ahora

cuando es más necesaria

su sonrisa humana,

de cañaveral, y de esperanza,

y cuando allí, no más, en el Canal,

las fieras braman

por la nueva noche

de San Bartolomé de América.

 

Más lo quisiera vivo,

aunque está vivo…

 

Más lo quisiera ver

junto a Fidel

bateando a lo profundo,

ya sea con el fusil

o el madero.

 

Pero lo dicen muerto

Y yo me acojo a su realidad,

ardiente de cenizas

y prendo con sus tizones

nuevo fuego.

 

Llevo a Fidel y al Che por dentro,

como un rayo entre la noche oscura,

y voy cantando.

 

 Panamá, 3 de octubre de 1972.