(En la voz de Changmarín ... Audio, tomado de PALABRA VIRTUAL -portal mexicano realizado por Blanca Orozco de Mateos.)
Dicen que por mi pueblo pasó
hacia
Guatemala un día ...
y en
su muerte
hubo
gente de luto,
en la
calle donde el Che se detuvo a preguntar
el
rumbo de su marcha.
Es el
memorial de la leyenda,
pues
para el pueblo,
al
igual que Victoriano Lorenzo,
no
está muerto
y su corazón anda en la mano
de cada pobre del mundo,
en su bandera.
Y bien hacen al pintar a Che Guevara
En los muros del Alba,
(en el curvo cielo de América
ennegrecido de dólares)
con carbón o tierra
o sangre de otros mártires.
Nunca podrá borrar el enemigo
la mano mundial
de Che Guevara en el gatillo,
hasta la última gota de su sangre,
y el escupitajo al rostro de la CIA,
aún con la muerte encima;
inevitablemente encima
y rodeado de hienas y bandidos.
Su gesto tiene el perfil
del Aconcagua,
y de ciertos Amazonas
su manantial de sangre.
Lo inmortal es su palabra
hasta lo último afirmada
como un toro de iracundia
invariable y sin pánico.
Cumplió en su muerte
lo que dijo en vida
tenía la frente limpia y de rocío,
tenía la barba vegetal y pura.
No lo amarró la vida ni la muerte.
Y fue así, según la historia
y todo sigue sin el Che
y con el Che, hacia adelante.
Cuentan que por mi pueblo
pasó hacia Guatemala, un día,
y yo debo decir
ahora que traspasó la muerte,
sin embargo,
que lo quisiera vivo,
hoy con Fidel
cortando caña
en su patria de Martí,
igual que Lenin,
arando el surco socialista
allí, ¡a noventa millas del imperio!
Yo lo quisiera vivo
dándome la mano
precisamente ahora
cuando es más necesaria
su sonrisa humana,
de cañaveral, y de esperanza,
y cuando allí, no más, en el Canal,
las fieras braman
por la nueva noche
de San Bartolomé de América.
Más lo quisiera vivo,
aunque está vivo…
Más lo quisiera ver
junto a Fidel
bateando a lo profundo,
ya sea con el fusil
o el madero.
Pero lo dicen muerto
Y yo me acojo a su realidad,
ardiente de cenizas
y prendo con sus tizones
nuevo fuego.
Llevo a Fidel y al Che por dentro,
como un rayo entre la noche oscura,
y voy cantando.