flaco
como un garrotillo;
sin
un medio en el bolsillo
y sin
gustarle el trabajo.
Partidario
del relajo
no
quiso ser cocinero
ni
chofer, ni carpintero,
y
tampoco agricultor
y
consideró mejor
el
meterse a maromero.
Pronto
tuvo su clientela
entre
función y función,
hombre
de tal condición
no
necesitaba escuela.
compraba
un poco de tela,
su
corbata y el sombrero.
Y su amigo guitarrero
le
tocaba un viejo son,
y con
esta solución
se
llenaba de dinero.
Entre
tragos y bebidas
fue
escalando el maromero.
Tuvo
ganado, potrero
y
mujer muy presumida.
Pasó
gozando la vida
en el
barrio de los ricos,
con
tío loro y tío perico
y un
famoso pavo real,
con
el olvido total
de
cuando fue un pobre mico.
Y tan
alto se trepó
don
tío Mono, el maromero,
que
de un salto traicionero
a lo profundo cayó.
Así
el cuento terminó
señores,
muy de repente;
de
quien falsea su presente,
con
olvido del pasado…
Como el mono encorbatado
yo he visto a no
poca gente.
CHANGMARÍN. Tomado del libro La Muñeca de Tusa. 2003