Cucho mi perrito fiel
que
ladra, corre y persigue
hacia
donde voy me sigue
sonando
su cascabel.
Cuando la lluvia amenaza
se
acurruca junto a mí,
y se
queda quieto así
el
perrito de mi
casa.
Conmigo
se va a la huerta
y al
pueblo de compañero,
con
su pasito ligero
y su
cabecita alerta.
Mueve
el rabo de alegría
y no
para de ladrar,
si le
quieren humillar
se
defiende con hombría.
Aunque
se vuelve pellejo
mi
perrito de papel,
no
hay ninguno como él
para
atrapar a un conejo.
Es
cenizo, cojo y trucho
y se
le ven las costillas,
pero
no llora, ni chilla
mi
valiente perro Cucho.
Sin
mi perro nunca estoy,
el
consentido lebrel
con
su rabo,
timonel,
va
conmigo a donde voy.
Sin Cucho no soy quien soy,
y por
su gracia y bondad
le
tengo tanta amistad,
pura
de amor y cariño
que
parecemos dos niños
Pobres
de la misma edad
CHANGMARÍN. Tomado del libro La Muñeca de Tusa. 2003