Siembra un árbol en tu suelo
Siembra un árbol en tu suelo,
en la orilla del camino,
de caoba o cedro espino,
macano o cigua canelo.
Así podrás ver el cielo
más hermoso en sus honduras,
con las ramas y estructuras
de las grandes arboledas,
y el perfume de reseda
en las noches más oscuras.
Un árbol para la vida,
de naranjo o de limón,
de mango, guaba o anón
de frutas apetecidas.
Tus manos encallecidas
abrirán el amoroso,
surco del árbol dichoso
que mañana crecerá,
el paisaje adornará
con su ramaje frondoso.
Guayacán, madera dura,
de amarilla floración;
hay que llenar la región
con su sencilla hermosura.
Poner verdes las llanuras
con guayabos y ciruelos,
palmeras y cornezuelos
donde los pájaros pían,
y los vientos se sonrían
con voz de terciopelo.
Echa la semilla oscura,
que nazca el árbol de luz,
sin amarres ni capuz
que le opaque su estatura.
Que florezca en la bravura
de su firme nacimiento,
y asegure el fundamento
de su recia corpulencia,
y resista la violencia,
del rayo, el fuego y el viento.
10 julio de 1976.
Libro Cantaderas-1995.