Dejó la casa de
teja
debajo del
naranjal,
la huerta y el
platanal
que rodea la cerca
vieja.
Se nos fue sin una
queja,
sentado en el
taburete
el aguerrido
vejete
que abonó la
sementera.
Colgando de una
solera
dejó el abuelo un
machete
El camino de
piñuela
coronado de
cedral,
y que remata al
final
con la casa de la
escuela.
La vieja vaca
canela
que nimia en el
suelo echada,
me recuerda la
delgada
figura del
viejecito,
dejó un machete
cortito
con la punta
recortada
Y dejó en el cobertizo
una
guitarrita de oro,
de
cedro duro y sonoro
que
un viejo "mestro" le hizo,
llena
de versos y hechizos
de
las mujeres amadas,
y
de historias olvidadas
de
su lucha terrenal...
Dejó también un puñal
con
una cacha labrada.
Partió de casa el abuelo
un
día con sus barbas blancas,
montado
en una potranca
Que
se levantó del suelo.
esa
tarde bajo el cielo
se
abrió en la casa un boquete,
por
donde la luna mete
cada
noche su saloma
y
aquel machete se asoma
colgando
junto al motete.