En la paz el sol crece
y la luna es más
hermosa,
y la tierra huele
a rosa
cada hora en que
amanece.
Por los caminos
florecen
los cantos y las
salomas
y las casas, en
las lomas
tienen la
serenidad
del mundo, en su
vastedad
con aleteos de
palomas.
La guerra prende el hedor
de la carne
chamuscada,
y la tierra
devastada,
partida por el
terror.
Todo es llanto y
es dolor,
es silencio y
sepultura;
se destruye la
hermosura,
la vida y la
producción,
la alegría y la
canción,
el trabajo y la
cultura.
Yo quiero un mundo de amor,
de paz y
soberanía.
Odio la guerra
sombría
que nos llena de
pavor.
El mundo en su
alrededor
tiene muchos
gavilanes,
lobos, tigres y
caimanes,
que metidos en el
mal
defienden el
capital
y hacen guerra y
desmanes.
En la paz abren las flores,
los pueblos se
multiplican
y las campanas
repican
y retumban los
tambores.
Los obreros
constructores
levantan la
arquitectura,
y en la verde
agricultura
hace fiesta el campesino.
Resplandecen los
caminos,
y la vida es clara
y pura.
Para Cantar en
gallino.
Tomado de la
Muñeca de Tusa. 2002