miércoles, 19 de enero de 2022

Elegía en la muerte de Layka

 

Laika:  primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra. Lo hizo a bordo de la nave soviética Sputnik 2 el 3 de noviembre de 1957, un mes después que el satélite Sputnik 1.


Más arriba del aire

tu suspiro y tu pulso

iban abriendo el cauce

morado del vacío.

Las hondas enredaderas del espacio

florecían sus orquídeas siderales.

Tú allá, ultrasónica,

girando y girando.

Tu hociquito de rosa,

tu voz de nieve,

tu corazón tupido de crepúsculos...

¡Layka mía...!

¡Layka de todos...!

¡Layka interplanetaria...!

Jamás subió tan alto

la vieja de la muerte,

con su guadaña cósmica

a recortar tu aullido.

Mientras la luna nueva,

sorprendida y desnuda,

saludaba tu carro

de estrella nunca vista...

yo, bajo la noche

presentía tus latidos,

y dibujaba rutas

para posibles viajes.


En Marte,

la espesura

aguardó

tu mensaje.

Las constelaciones

pasaron la noticia.

Y hasta Andrómeda azul

miraba tu aleteo.

Algo está haciendo el hombre

-comentó el universo[1]mirando hacia la Tierra,

con sus millones de ojos.

Y tú, perrita mansa

de siberiano encaje,

con tu abrigo de ciencia

escribiendo la historia,

barriendo meteoros

para los pies del hombre

girabas y girabas...

Allá arriba moriste,

pero estás viva en mi alma

y en todos los corazones

grabado está tu nombre.



Changmarín 1957





El 11 de abril de 2008 fue inaugurado un monumento en honor a la perra Laika en el centro de Moscú.​Dicho monumento fue colocado en un centro comercial cerca del Instituto de Medicina Militar, donde medio siglo atrás ocurrieron los experimentos científicos con la participación de la célebre perra. 
El monumento de dos metros de altura simula un cohete espacial con la parte superior en forma de mano, donde se encuentra la figura de bronce que representa a Laika. Es obra de Serguéi Pakhomov (autor del concepto) y Pável Medvedev (escultor). Una inscripción recuerda y agradece su gesta.