TIERRA, TIERRA, QUE BONITA
Cuando el arroz florecía
Me duele tu corazón,
tierra, tú me vas
matando.
Si acaso me oyes
cantando,
ya no grito el
mismo son.
Voy llorando la
pasión
que el recuerdo resucita.
Saber que fuiste
mansita,
cuando yo te “socolaba”,
ay, amor cómo te
amaba,
¡Tierra, tierra, que bonita!
Llevo en mi carne
tu arcilla,
y tu sabor de raíces.
Tu perfume de
maíces,
y tu lodo en la rodilla.
Por todas partes
me brilla
la fragante
lozanía,
y la luz de esta
agonía,
ya se me va disipando.
Ay Tierra, qué
dulce cuando,
eras tú, cuando eras mía.
Hoy te amarra una cadena
de alambre, del más hirsuto.
Te apisona el toro
bruto
y el recio sol te
condena,
Me voy a acabar de
pena,
de verte peor cada
día.
Ay tierra del alma
mía,
ya ni tu arroyo
prospera,
ni eres hoy como
tu eras,
cuando el arroz florecía.
Aquí, mirándote
estoy,
tierra, por última vez.
Porque mañana tal
vez,
ya no seré el que
ahora soy.
Con mi dolencia me
voy
al ver que de ti
me quitan,
estas cuerdas
infinitas,
que la saloma
troncharon,
y la vida
arrebataron
en las blancas
mañanitas.