__Fogoncito, fogoncito,
¿por qué estás apagadito?
__Yo no sé, mi niña buena:
no tengo carbón ni leña.
__Fogoncito, fogoncito,
¿por qué lloras tan solito?
__Mis tres piedras sin cesar
lloran sin querer llorar.
__Fogoncito,
fogoncito,
¿dónde está tu
calientito?
__Calientito se
apagó,
niña hermosa, qué sé
yo...
__Fogoncito, fogoncito,
¿dónde
está tu verde humito?
__Ay,
humito ya se fue,
niña
linda, yo no sé.
_Fogoncito, fogoncito,
¿dónde están tus tizoncitos?
__Una tarde muy
lluviosa,
se fugó mi llama hermosa.
Tu mamá triste lloraba;
tu padre en casa no estaba,
y no habiendo que comer,
ay, niña de mi querer...
fue tan duro mi dolor,
que mi llama se apagó
para nunca más volver.
Tomado del libro Punto è Llanto 1948