viernes, 28 de marzo de 2025

Es de azúcar la mujer

 
Es de azúcar la mujer,
es de miel y es de sal,
tiene del bien y del mal
en su perfumado ser.
Jamás se puede saber
a fondo su realidad,
si es que sirve a la maldad,
o nos da buenaventura,
si es fruto de la diablura
o fruto de la santidad.
 
La mujer es transparente
como el carácter del día;
pero también es sombría
como la noche creciente.
Es suave cuando se siente
como un capullo de rosa,
pero también es rasposa
según como deba actuar,
pues sabe también pelear
y es temible y peligrosa.
 
No es débil sino muy fuerte,
no se rinde ante el dolor,
y le sobra más valor
a la hora de la muerte.
Tiene a veces mala suerte
por las rutas de la vida,
anda con el alma herida
pero en eso se levanta,
y a veces batalla y canta
cuando su polluelo anida.
 
Como la abeja en su casa
tiene por dentro la miel,
que a veces transforma en hiel
y la amargura traspasa.
Pero la mujer rebasa
al mismo sol en belleza,
a la luna en su pureza,
a la tierra en producción,
y le sobra corazón
en su extendida grandeza.


La palabra es un tizón

  

La palabra es un tizón
cuando prende se levanta,
y a la oscuridad espanta
en toda la dimensión.
La palabra es explosión
rayo que fulmina el mundo,
eco del trueno profundo,
luz del sol de mediodía
la palabra en su porfía
hace al tiempo más fecundo.
 
La palabra es agua clara,
cielo azul, verde mañana,
la paloma en su ventana,
la niña de fina cara.
Es la orquídea dulce y rara
el pájaro en su armonía,
el amanecer del día,
la fresca brisa, el rocío,
la murmuración del río
hecho canción y poesía.
 
La palabra es la distancia
el recuerdo de las cosas,
las penurias dolorosas
de las primeras infancias.
Viejas y tristes fragancias
de cartas que se escribieron
de versos que se perdieron
por la mitad del camino,
sin llegar a su destino
con sus llantos lastimeros.
 
Pero la palabra es
también lo que ha de venir,
el rumbo y el porvenir
lo que cantarán después.
Es el andar con los pies
del pueblo que no se calla,
y que pasa la muralla
en cualquier condición,
y que avanza en dirección
para ganar la batalla.